Introducción
Lamentablemente, la mayor parte de los aficionados a las psitácidas (loros y similares) ha presenciado este problema en alguna ocasión. La diversidad de causas que lo originan hace que no exista un tratamiento universalmente efectivo. No obstante, con un buen conocimiento de su comportamiento, y con un diagnóstico y tratamiento adecuados, se solucionan gran número de casos. El picaje no es una enfermedad en si misma sino la manifestación externa de numerosas alteraciones de origen diverso.
¿Qué se observa en el ave?
El ave se arranca las plumas de forma continuada. En ocasiones sólo se muerde el extremo de la pluma. La intensidad del problema puede variar a lo largo del tiempo, alternando episodios de picaje con periodos de normalidad o calma relativa. La frecuencia es elevada en general, pero varía mucho según la especie. Muy frecuente en yacos (Psittacus erithacus) y otras psitácidas medianas y grandes; especialmente cacatúas, amazonas (Amazona spp.) e inseparables (Agapornis spp.). Se puede presentar con diferente frecuencia en casi todas las especies.
¿Que causas provocan el picaje?
Numerosos factores contribuyen a ello, y con frecuencia concurren varios al mismo tiempo.
Podemos agrupar las causa de picaje en dos categorías bien diferenciadas:
-Causas psicológicas: incluyen cualquier situación que provoque al ave frustración, aburrimiento, miedo o ansiedad de forma continuada.
-Causas orgánicas: alteraciones que provocan prúrito, molestias o lesiones cutánes. Pueden ser infecciones, parasitaciones, malnutrición, golpes o heridas, neoplasias, etc.
Una vez iniciado el problema, puede convertirse en un hábito y persistir tras la desaparición de las causas que lo originaron.
Leer másLa psitacosis, también llamada ornitosis o clamidiosis, es una enfermedad presente en todo el mundo, causada por un germen llamado Chlamydophila psittaci (antes Chlamydia).
La enfermedad puede presentarse en todo tipo de aves, siendo especialmente frecuente en la familia de las psitácidas (loros y similares).
También puede afectar a mamíferos, entre ellos al hombre. La popularización de los loros como mascotas ha generado una atención creciente sobre esta enfermedad.
La existencia de esta enfermedad no debe causar alarma, pues con las precauciones adecuadas, la convivencia con un loro no representa ningún riesgo significativo.
De todos modos, cualquier loro recién adquirido debería ser examinado por un veterinario especializado, y ser sometido a un test de psitacosis.
TRANSMISIÓN
La transmisión se produce principalmente cuando un animal sano inhala polvo procedente de excrementos o plumas de aves infectadas. También es posible el contagio por contacto directo con las secreciones oculares y respiratorias de un animal infectado. Las aves en situaciones de estrés eliminan mayor cantidad de gérmenes infectivos.
Por estas razones la enfermedad se detecta con mayor frecuencia en ejemplares recién importados, o en colectivos alojados en malas condiciones.
Las aves aparentemente sanas también pueden ser portadoras de la enfermedad y transmitir la psitacosis.
SINTOMAS
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